¡Piiiiiicoooooléeeeeee!, rita un gurisito en la calle, y rompe el silencio de la siesta veraniega. El asfalto se ondula rítmicamente en el horizonte e intenta en vano quemar sus pies descalzos y curtidos. De cuando en cuando, una brisa sacude las ramas del palo rosa que está cruzando la calle, y justifica la existencia del […]
Página anterior Siguiente página