Sin que hubiera un motivo aparente el bebé se largó a llorar. Al principio le hablé y, como no se calmaba, no me quedó otra que hamacarlo, darle palmaditas. Nada parecía tranquilizarlo. Me levanté de la silla y su queja se detuvo, aunque la paz duró solo un instante. En su llanto renovado arqueó el […]
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