Sacás granos de una bolsa, unos granos finos y sedosos para alimentar a los caballos. Llenás dos baldes y ahí vas. Hace un frío húmedo en ese horario en el que es lo mismo el alba y el atardecer. Los caballos saben. Cuando sacudís el bolsón de cereales para servir la ración, ellos comienzan a […]
Página anterior Siguiente página